Hoy quiero compartir contigo una meditación que escribí esta misma mañana.

Es una meditación para los momentos en que te encuentras agitado, y también para cuando quieres volver a ese centro tranquilo que siempre está disponible.

Te dejo con el texto de la meditación y al final de la entrada la podrás encontrar en formato audio para que la escuches cuando la necesites, o te apetezca descansar del ajetreo del día.

Es una buena forma de comenzar el día conectado a ese centro tranquilo mientras vives tu día y haces lo que tienes que hacer.

Puedes compartirla y utilizarla siempre que te apetezca.

Si la compartes por favor indica su procedencia, comparte este espacio para que así al igual que tú otros puedan beneficiarse de ella.

Espero que la disfrutes y me encantará que compartas conmigo tu experiencia al ponerla en práctica.

Puedes escribir un comentario al final de la entrada si así lo sientes.

Gracias ❤

EL CENTRO TRANQUILO

Cierra los ojos y concéntrate en tu respiración.

Inspira y expira fácilmente y sin esfuerzo.

Toma una inspiración y luego permite que el aire vaya saliendo lentamente mientras observas como el cuerpo se va relajando con cada respiración.

Inspiras y al expirar notas como los hombros se van relajando.

Otra inspiración y al expirar el cuerpo se va aflojando, las tensiones se van ablandando y cada vez te sientes más relajado y tranquilo.

Sigue respirando y nota como cada respiración te lleva más profundo dentro de ti.

No se requiere esfuerzo.

Es sencillo dejarse ir y descansar en esa sensación de reposo que va tomando el lugar de la tensión.

Sigue concentrado en la respiración imaginando que es como las olas del mar que suben y bajan.

Concéntrate en esa sensación de suave balanceo.

Ahora centra tu atención en la zona del pecho. Nota como la respiración produce un suave movimiento en el centro de tu pecho.

Nota si está agitado o en calma.

Ahora imagina que en el centro del pecho hay un gran sol dorado. Un círculo de luz dorada justo en esa zona.

Ese sol está brillando en este instante y no necesitas hacer nada para que su luz siga brillando.

Tú no tienes el control sobre esa luz. No puedes apagar su luz o hacer que desaparezca.

Sólo puedes ser consciente de ella o no.

Sigue respirando mientras concentras tu atención en esa zona del pecho.

Esa luz sigue ahí, no importa si por momentos eres consciente de ella o no. Siempre está presente, su luz nunca deja de brillar.

No tienes que hacer nada para que aparezca o desaparezca. Siempre está ahí.

Confía.

Ahora vamos a pedir ser guiados hacia esa luz. Vamos a permitir que esa luz nos guíe hacia su encuentro. Es un permitir así que una vez más no depende de ti, no tienes que hacer nada sólo dejarte llevar.

No se necesita esfuerzo, sólo confiar y soltar las riendas.

Dejarse guíar.

Puede que notes un movimiento, como si estuvieses entrando más profundo dentro de ti.

No tengas miedo.

Permanece tranquilo y abierto a las sensaciones que aparezcan.

Permitir que el espacio se vaya abriendo sin tu participación.

Hay algo que cuida de ti.

Algo que te guía y conoce el camino.

No estás sólo.

Estás siendo guiado hacia la profundidad de tu corazón.

Y es tan sencillo…

Si brota alguna emoción déjala que salga. Permite que esa luz limpie las telarañas que tratan de oscurecer su presencia dentro de ti.

Es sencillo…

No tienes que hacer nada.

No puedes hacer nada.

Sólo permanece consciente de ese espacio como un observador neutral.

Se curioso ante lo que se presente.

No hay guión así que todo lo que suceda está bien.

Esa luz sabe lo que es mejor para ti en este instante así que deja que ella lleve las riendas.

Es más fácil cuando ella es la que dirige.

La luz solo quiere que te fundas con ella. Eso es también lo que tú en el fondo deseas.

Es fácil dejarse llevar.

Es agradable sentirse acompañado.

Permanece en ese espacio mientras te resulte agradable. Siente que puedes realmente descansar ahí. No hay urgencias. No hay deberías. No hay nada que hacer. Sólo descansar.

Deja que esa luz te lleve cada vez más profundo dentro de ti.

Ahí sólo hay calma.

Sólo hay tranquilidad.

El ajetreo del mundo queda fuera.

Ahí sólo se respira paz y armonía.

Es un lugar cálido que invita al reposo mientras la mente se aquieta.

Y te vas dejando llevar cada vez más profundo dentro de ti hacia ese centro tranquilo.

Ahora la quietud del Cielo envuelve tu corazón.

Estás en Casa.

Un abrazo enorme,

Puedes escuchar el audio en este enlace:

Puedes escucharlo también en youtube:

RETO DE LOS 90 DÍAS: INSPIRACIÓN DIARIA PARA EL PERDÓN, LA PAZ Y LOS MILAGROS (INSCRIPCIONES ABIERTAS). (Haz clic en la imagen para acceder a la información)

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