Una de mis creencias más arraigadas es que «esto es serio«. Mis problemas son serios, mi dolor es serio, el sufrimiento es serio. La vida es seria. Cuando entré en el camino espiritual ser serio era una muestra de profundidad. Tenía que sanar, limpiar, deshacer capas de cebolla. Había muuuuuuuucho trabajo que hacer y reírse y disfrutar no era una opción.

Menospreciaba a los que disfrutaban porque eso era poco espiritual: ¡pequeño saltamontes, te queda mucho que aprender pensaba desde mi mente de yoda!

Hace unos años estaba en el starbucks y a mi lado había dos chicas con una niña pequeña. Una de ellas, la madre de la niña, hablaba con su amiga y le relataba sus problemas y dificultades. Mientras eso pasaba la niña trataba de llamar su atención con miles de monerías. Era muy graciosa. Su madre mientras seguía en modo » problemas» le decía: ¡no ves que estamos hablando! Lo que en el fondo le estaba diciendo es: ¡no ves que esto es serio! Tenía la solución a un palmo de sus narices pero no le prestaba atención porque estaba imbuida en sus problemas. Pedía sentirse mejor y solo con que hubiese prestado atención y se hubiese parado un instante, se habría dado cuenta de que la solución ya estaba ahí. La vida le estaba invitando a salir a la pista de baile pero ella seguía sentada en un rincón rumiando su malestar.

Yo muchas veces actuó así. De hecho hay un chat de what’s up donde participó y donde se comparten chistes y cuando me llega un nuevo mensaje tiendo a pensar: ¿otra vez? ¿Es que está gente no tiene otra cosa que hacer? Mientras vuelvo a mi especialismo espiritual sumergiéndome en la práctica ¡seria!

Últimamente soy más consciente de esas invitaciones de la vida que suelo, mi ego, recibir con molestia pero que como el Curso nos recuerda son una invitación a los milagros: está situación esconde un milagro al que tengo derecho.

Byron Katie cuenta en uno de sus libros una anécdota sobre el poder curativo de la risa y de no tomarnos en serio lo que sucede. Dice asi: Una vez estaba caminando en el desierto con un hombre, y de pronto tuvo un accidente cerebro vascular. Nos sentamos y me dijo: ‘Dios mío, me estoy muriendo, haz algo’. Me senté junto a él, amándolo, mirándolo a los ojos, y sabiendo que estábamos a kilómetros de un teléfono o de un auto. ‘Ni siquiera te importa, ¿no?’, dijo. ‘No’, le contesté. Él estaba hablando con la mitad de su boca, la otra la tenía paralizada, y cuando dije que no, se empezó a reír, y yo también. Sus facultades retornaron, y el ataque se fue para no quedarse”.

Esto no quiere decir que vayas cual Joker con una sonrisa en la cara y te rías de los problemas de los demás. ¡No señor!

Esto es una invitación a prestar atención a las invitaciones de la vida y a no dar por supuesto lo primero que viene a nuestra mente.

Todo es una invitación.

Dice el Curso: la Voluntad de Dios para mi es perfecta felicidad. Y también: tu única función es felicidad.

Así que esto va no de ser serio, de ser espiritual, sino de ser feliz, y de darnos cuenta de que no podemos serlo mientras le demos tanta importancia a lo que nos sucede (pero se amable contigo).

Hay ocasiones en que en medio del conflicto escucho: esto no es serio. ¡Y me dan unas ganas de pegarle un puñetazo al que lo dice! (el ego es ira

) Queremos que sea serio. Y no nos atrevemos a cuestionarnos cuál es el propósito escondido detrás de ese deseo.

En la última entrada hablábamos de que Jesús puede alcanzarte a través de cualquier símbolo: tu hija, tu mascota, un niño que te sonríe en la calle o una situación de aparente conflicto que oculta un milagro en su interior.

¡Esto no es serio! (igual ahora quieres darme un puñetazo pero como es virtual… ¡Ah, se siente!

)

Te dejo con un vídeo de Jeff Foster (puedes verlo con subtitulos en castellano aunque no los necesitarás) porque me veo tan reflejada a veces en el «chapas» espiritual (con todo el cariño) que está hablando con Jeff Foster!

Y en la risa libre de Jeff, ahí todos podemos vernos reflejados.

Creo que Jesús no lo tendría mucho más fácil en este tiempo que en su época.

Feliz día. ❤

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