¿Quien serías sin el pensamiento de que el mundo necesita mejorar? Feliz donde estoy en este momento: mujer sentada en silla al sol. Muy sencillo».

~ Byron Katie

Siempre me ha gustado leer. Durante una época de mi vida fui una auténtica «yonki» de la lectura, enlazaba un libro con otro a la búsqueda de una «respuesta» que no sabía muy bien que era.

Mi mente estaba hambrienta de aprender, de comprender porque me pasaba lo que me pasaba, porque no era feliz.

Al igual que un adicto, esa búsqueda trataba de llenar un vacío que siempre demandaba más alimento, una nueva dosis de esa «droga»: otro libro, otro taller, otro maestro…

Algunos conseguían aplacar por momentos mi ansiedad, otros me daban una esperanza temporal, otros eran como subidones de adrenalina que tan pronto terminaban me sumían en una desesperación y desánimo equivalentes al subidón que provocaban.

Me atraían los que me prometían que podía atraer a mi vida lo que estaba esperando, que todo dependía de mí, que podía cambiar mi vida, que mis sueños harían por fin que pudiese tener ese anhelado descanso.

Pero ninguno conseguía aplacar mi sed…

Llegó un momento en que ese «yonki» se fue aplacando. Las ansías de saber y comprender fueron desapareciendo, la búsqueda de «causas» dejó paso a otro mensaje. No recuerdo si ese cambio se dio con la llegada de Un Curso de Milagros a mi vida. Supongo que sí.

Dejé de leer muchos libros, ya no me atraían, estaba cansada de esa búsqueda cruel que me dejaba exhausta y sin esperanza.

Regalé muchos libros. Me deshice de la mayoría.

Después empezaron a llegar nuevos libros, pero ya no los leía con ansia.

A día de hoy me sigue gustando leer y en ocasiones todavía algún libro se viene conmigo en mis visitas a las librerías. Libros como el de Elizabeth Gilbert, Libera tu Magia, del que ya os hablé en otra entrada de este blog, libros relacionados con la práctica de Un Curso de Milagros.

Con el tiempo he descubierto que hay libros de búsqueda y libros de encuentro. Estos últimos son aquellos donde la mente descansa en su propio hogar. Libros que son bálsamos para el alma y reconfortan como un baño caliente, invitando al silencio y la quietud.

El libro del que os quiero hablar hoy es uno de ellos. Es de una autora de la que ya he hablado en este espacio: Byron Katie. Su título es: «Mil nombres para el gozo. Vivir en armonía con las cosas tal como son«.

Me gusta mucho el trabajo de Byron Katie porque me gusta lo sencillo. Creo que lo que viene del Espíritu es sencillo, lo que no quiere decir que sea fácil. El ego es complicado y le gusta la complicación.

Por si no conoces la conoces, vivió  muchos años de su vida con una severa depresión. Durante una década fue cayendo en una espiral de paranoia, rabia, odio a si misma y pensamientos de suicidio. Al final no salía de su habitación. Una mañana de febrero de 1986 Katie comprendió algo que transformó su vida. Tuvo un «despertar» y en un instante de «no-tiempo»:

«descubrí que cuando creía mis pensamientos, sufría, pero cuando no los creía no sufría, y que esto es cierto pra todo ser humano. La libertad es tan sencilla como eso. Comprendí que el sufrimiento es opcional. Encontré un gozo en mi interior que no ha vuelto a desaparecer, ni por un instante. Ese gozo se encuentra en todos, siempre».

Su método de indagación se denomina: «The Work«, «El Trabajo» y si quieres conocerlo te invito a que visites su página en castellano: EL TRABAJO.

«El Trabajo» consta de cuatro preguntas y lo que ella llama una inversión, que es una manera de experimentar lo opuesto de lo que crees. Las preguntas son:

1. ¿Es verdad?
2. ¿Puedes saber que es verdad con absoluta certeza?
3. ¿Cómo reaccionas, que sucede, cuando crees ese pensamiento?
4. ¿Quien serías sin ese pensamiento?

Para conocer más sobre este método te animo a que leas sus libros: «Amar lo que Es» y «Necesito que me quieran, ¿es verdad?«.

Ya estoy deseando que se traduzca su último libro, «A mind at Home with itself» que ya está disponible en inglés.

Pero mientras espero sigo disfrutando de esta joya que es «Mil nombres para el gozo«.

Recuerdo que cuando lo leí la primera vez me paraba cada dos o tres frases, mi mente se detenía y me encontraba sumida en una quietud donde mi mente descansaba. Es un libro para beberse a sorbos y saborearlo, para dejar que te vaya llevando a ese silencio que es el espacio del que brotan sus palabras.

Te dejo con algunas de sus perlas para que vayas abriendo boca. 🙂

Si lo has leído me encantará que me escribas un comentario para contarme tu experiencia. Y si no lo has leído y te animas a ello al leer esta entrada también puedes compartirlo con nosotros.

«Las personas me preguntan: ¿Cómo puedes escuchar todos esos problemas día tras día, año tras año? ¿No te agotan la energía? Pues, no lo hace. He indagado mis pensamientos estresantes y he visto que cada uno de ellos es falso. Cada pensamiento que solía aparecer como una serpiente venenosa, es solo una cuerda. Podría pararme frente a esa cuerda durante mil años y nunca volvería a sentir miedo. Veo claramente lo que algunas personas aún no ven por si mismas. Todos podrían encontrarse con esa cuerda y salir gritando y corriendo en dirección opuesta, y yo no sentiría miedo por ellos, no les tendría lástima, ni me preocuparía por ellos, porque comprendería que no están en peligro, que no hay absolutamente nada amenazándoles. Cuando ellos gritan serpiente, yo sólo veo una cuerda».

«La Maestra no puede buscar plenitud. Está ya plena a rebosar, no cabe ni una gota más. Cuando tienes lo que quieres, cuando eres lo que quieres, no hay impulso alguno a buscar nada fuera de ti. La búsqueda es lo que te aleja de la conciencia de que tu vida ya está completa tal como es. Aún en momentos de aparente dolor, nunca hay nada equivocado ni falta nada. La realidad es siempre amable, lo que sucede es lo mejor que podría suceder. No puede ser de otra forma, y te darás cuenta de eso muy claramente si indagas».

«Cuando en verdad te amas, no es posible proyectar que otras personas no te amen».

«No tuve un maestro espiritual. Por supuesto, he tenido muchos maestros, desde mi madre hasta mis ex maridos, mis hijos y el andrajoso extraño de la esquina en Santa Mónica. Sin embargo, la ventaja de no tener un maestro oficial es que no hay tradición, no hay nada a que aspirar ni que exija lealtad. Esta, que da la casualidad que soy yo, no tiene que parecerse a nada excepto a lo que es. Puede permitirse parecer tonta, no conoce más que el amor. Es Dios encantado. Llega para quitar el misterio y la importancia a todo; restarle el esfuerzo y el tiempo».

«Es sorprendente cuantas personas piensan que el sufrimiento es una prueba de la existencia del amor. Si no sufro cuando tu sufres, piensan, significa que no te amo. ¿Cómo puede ser cierto eso? El amor es sereno, no tiene miedo. Si estás proyectando como debe de sentirse el dolor de otro, ¿cómo puedes estar totalmente presente para esa persona? ¿Cómo puedes tomarle la mano y amarla de todo corazón mientras ella atraviesa su experiencia de dolor? ¿Por que iba ella a desear que tú también padecieras? ¿No preferiría tenerte presente y disponible? No puedes estar presente para otra persona cuando piensas que estás sintiendo su dolor».

«La tristeza es una señal de que estás creyendo un pensamiento estresante que no refleja tu verdad».

«Nunca hemos tenido el control. Tenemos la ilusión de control cuando las cosas van como pensamos que deberían ir. Cuando no lo hacen, decimos que hemos perdido el control, y ansiamos algún estado iluminado más allá de todo esto, donde imaginamos que volvemos a tener el control. Pero lo que realmente queremos es la paz. Pensamos que teniendo el control o alcanzando la «iluminación (y nadie sabe lo que eso significa) encontraremos la paz».

«Intenta obligarte a no hacer nada. No puedes. Estás siendo respirado, siendo pensado, siendo movido, siendo vivido. No hay nada que puedas hacer para no comer cuando sea la hora de comer, o dormir cuando sea el momento de dormir. Si simplemente observas, permitiendo que lo que ha de venir venga y lo que ha de irse se vaya, puedes darte cuenta en cada momento de que no necesitas nada excepto lo que tienes».

«Sin historia no hay resistencia. A la historia es a lo que oponemos resistencia, no a la experiencia».

«Estar presente quiere decir vivir sin control y recibir siempre lo que se necesita. Para quienes están cansados del dolor, nada puede ser peor que tratar de controlar lo que no se puede controlar. Si quieres verdadero control, suelta la ilusión del control. Deja que la vida te viva. De todas formas lo hace. Tú solo cuentas la historia de cómo no lo hace, y esa es una historia que nunca puede ser real».

«Yo sigo lo que hay, lo cual siempre se me revela en el momento. Es la voluntad de Dios y siempre es clara como el cristal. Cuando careces de voluntad propia, no hay tiempo ni espacio. Todo se vuelve un fluir. Tú no decides, fluyes de un suceso al siguiente, y todo se decide para ti».

Que lo disfrutes.

¡Feliz día!

Un abrazo enorme,

RETO DE LOS 90 DÍAS: INSPIRACIÓN DIARIA PARA EL PERDÓN, LA PAZ Y LOS MILAGROS (INSCRIPCIONES ABIERTAS). (Haz clic en la imagen para acceder a la información)

PRÓXIMAS FECHAS TALLERES ON-LINE (A DISTANCIA) A TRAVÉS DE LA ESCUELA DE LOS MILAGROS:

TALLER: 25 DÍAS PARA LOS MILAGROS. UNA TRAVESÍA DEL MIEDO AL AMOR. (INSCRIPCIONES ABIERTAS. EL TALLER EMPIEZA EL PRIMER JUEVES DE CADA MES)

(haz click en la imagen para ir a la información)

TALLER: 25 DÍAS PARA LOS MILAGROS EN LAS RELACIONES. APRENDER A AMAR Y SER AMADO. (INSCRIPCIONES ABIERTAS. EL TALLER EMPIEZA EL SEGUNDO JUEVES DE CADA MES)

(haz click en la imagen para ir a la información)

TALLER: 25 DÍAS PARA LOS MILAGROS EN LA VERDADERA ABUNDANCIA. DE LA MENTE MILLONARIA A LA MENTE MILAGROSA. (PRÓXIMAMENTE)

(haz click en la imagen para ir a la información)