Una vez que has aprendido a decidir con Dios, tomar decisiones se vuelve tan fácil y natural como respirar. No requiere ningún esfuerzo y se te conducirá tan tiernamente como si te estuvieran llavando en brazos por un plácido sendero en un día de verano. (T-14.IV.6)

Hace unos meses, cuando estaba inmersa en el Reto de los 90 días fui guiada a un símbolo que hoy se me ha venido a la mente de nuevo al leer el párrafo del texto que comparto arriba.

Ese símbolo era un niño que iba en su soporte, esos que llevan los padres donde el niño va sujeto a su pecho.

Estaba escribiendo, y cuando levantaba la vista mi mente se dirigía a un niño que pasaba profundamente dormido en los brazos de su padre, o de su madre.

Varias veces, en varios días diferentes, mi mente me hacía consciente de ese símbolo de ser sostenido, de ser cuidado, de ser llevado y guiado por un padre amoroso que sólo quiere cuidar de mí.

Al principio el símbolo era un niño profundamente dormido, ya sabes, como duermen los niños totalmente relajados y tranquilos.

Unos días después el símbolo cambió y empecé a ver niños, también que iban en ese soporte pegado al cuerpo de sus padres, pero en esta ocasión iban despiertos, mirando hacia adelante y sonriendo abiertamente.

Y ese símbolo se repitió durante varios días.

Hoy me he acordado de esta anecdota al leer la frase a la que hago mención al inicio de este entrada, y la lección del día de hoy que dice:

El amor de Dios es mi sustento.

Y un pensamiento vino a mi mente, y es lo que te sugiero que mantengas en tu mente hoy: 

Algo cuida de mí.

Dice en la lección de hoy:

He aquí la respuesta a cualquier problema que se te presente, hoy, mañana y a lo largo del tiempo.

Y luego dice:

Sólo el Amor de Dios te protegerá en toda circunstancia. Su Amor te rescatará de toda tribulación y te elevará por encima de todos los peligros que percibes en este mundo hasta un ambiente de paz y seguridad perfectas.

Así que ese es el recordatorio para el día de hoy:

Algo cuida de mí.

Soy ese niño confiado y alegre que es sostenido y llevado por los brazos de Su Padre.

Luego la lección dice:

Deposita toda tu fe en el Amor de Dios en ti: eterno, inmutable y por siempre indefectible. Esta es la respuesta a todo problema que se te presente hoy. Por medio del Amor de Dios en ti puedes resolver toda aparente dificultad sin esfuerzo alguno y con absoluta confianza.

Dite esto a ti mismo con frecuencia hoy.

Algo cuida de mí.

O como dice Gabby Bernestein en su libro del mismo título: El Universo te cubre las espaldas.

El Universo, o Dios, el Amor o como lo quieras llamar te cubre las espaldas.

Estos días he estado inmersa en la lectura de dos libros de la misma autora que compartiré en otra entrada. ¡Los he disfrutado tanto!

En uno de ellos hay una frase que me encanta y que he adoptado como mantra:

El Universo cuida de mí y constantemente me envía bendiciones, regalos, señales y gía.

Amén. 🙂

Ayer fue un día complicado para mí y curiosamente fui guiada al símbolo de «algo cuida de mí» a través de un texto de Mooji que había compartido hace tiempo.

Dice así:

TODO ESTÁ SIENDO CUIDADO

Sé como un niño en los brazos de su madre. Algo ya está cuidando de ti – tus necesidades, tus asuntos.

Todo está siendo cuidado.

No escuches lo que el mundo dice.

También como tú, van a tener que volver a ser como un bebé.

Todo se está abriendo espontáneamente para ti.

No digas: ¿Qué es lo siguiente?

Deja que sea una sorpresa.

Un árbol no divaga o planifica sobre donde ha de crecer la próxima hoja o cuando dar un nuevo fruto. No, toda su vida, simplemente es un despliegue.

Sé el árbol de la vida que simplemente se despliega.

~ Mooji 💓

Rishikesh, India, 13 de Marzo 2013

Luego fui guiada a otro texto que había compartido hace tiempo y que iba acompañado de un vídeo donde se ve a un padre con su hijo, en el soporte al que hago mención en el símbolo del que os hablé.

Un recordatorio más de la lección de hoy.

Algo cuida de mí.

Como recuerda la lección de hoy, la lección 50: dite esto a ti mismo con frecuencia hoy.

Y observa a los mensajeros del Cielo, que pueden presentarse de muchas formas para recordarte que no hay nada de que preocuparse porque Algo cuida de ti.

Feliz día.

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