Creo que necesito verte, y que me veas. Creo que necesito que estemos juntos. Creo necesitar tu afecto, tu atención y cariño. También creo que tú necesitas lo mismo de mí. Gustarte, que me veas atractiva, que te guste estar conmigo.

Creo que necesito que me quieras, tu amor.

Creo que necesito muchas cosas: reconocimiento, éxito, dinero, comida, sueño, una dirección, un propósito, un sentido.

Y sin embargo cuando me detengo y observo esos deseos en mi mente recuerdo que no necesito realmente nada de esto.

No necesito nada más que la verdad.

Sólo eso.

Detenerme y recordar.

Recordar mi única necesidad, la que satisface todas las demás al dejarlas sin propósito.

Recuerdo y mi mente se olvida de todo lo demás.

Antes olvidaba mi única necesidad, ahora todas las que he fabricado para sustituir a la verdad.

No necesito nada más que la verdad.

Puedo permitir que este recuerdo vaya tomando el lugar de lo que antes parecía incompleto.

Un hueco, un vacío que trataba de llenar.

No hay hueco, no hay vacío.

Esa es la verdad.

Nada que conseguir, nada que alcanzar.

Sólo este instante, pleno, lleno de mi mismo.

No necesito nada más que la verdad.

No necesito las ilusiones, no importa lo atractivas que me parezcan, lo aferrado que me sienta a ellas.

Realmente no las necesito.

Puedo soltarlas como soltaría el aire encerrado en mi puño.

No son nada.

No suelto nada.

Sólo mi deseo de mantenerme aferrado a ellas. Mi deseo de que sean algo.

No son nada.

No necesito nada más que la verdad.

Ese es mi único deseo porque es lo único que me traerá auténtica felicidad.

Todo lo demás es transitorio, viene y va, se acerca para luego alejarse, parece que lo gano para luego perderlo.

Pero la verdad es verdad.

No puedes ganarla ni perderla.

Sólo puedo ser consciente de ella u oscurecer su presencia detrás de nubes de necesidades, de aparentes ausencias.

Pero sólo necesito recordar.

A cada instante porque lo olvido y de nuevo creo necesitar algo.

Recordar que no necesito nada más que la verdad.

Y el velo se descorre.

Y lo tengo todo.

AHORA.

Os dejo con dos recomendaciones de películas que he visto recientemente. La primera la tenía en mi lista de pendientes y este fin de semana aproveché para verla. Se titula «If Beale Street could talk» (El blues de Beale Street). Es preciosa, luminosa, transmite tanta ternura, inocencia y amor, sobretodo amor….

La banda sonora es el acompañamiento ideal a esta historia de amor donde se ve que el amor siempre está presente, no importan las circunstancias.

Las interpretaciones de los protagonistas transmiten verdad y la fotografía es preciosa también.

Muy recomendable. 😊