Os dejo con la reflexión sobre la 7ª lección del Curso.
Puedes leer esta 7ª lección en este enlace: Libro de Ejercicios UCDM
LECCIÓN 7
SÓLO VEO EL PASADO.
En esta lección Jesús introduce el concepto de tiempo, en concreto el pasado. Dice: Sólo veo el pasado. Sólo percibo a través del filtro del pasado. Todo lo que percibo lo hago condicionado por ese pasado que es algo que he aprendido.
En la lección 2 decíamos que cuando a un niño le enseñas que un pájaro se llama “pájaro”, el niño no volverá a ver el pájaro nunca más. A partir de ese momento lo que verá será la palabra “pájaro”, un concepto mental fabricado para hacernos creer que sabemos lo que estamos viendo. Nuestra experiencia del pájaro responde a ese concepto mental que limita, clasifica y separa porque su causa es la creencia en la separación.
Un concepto mental fabricado para limitar lo ilimitado.
Así que lo que veo son conceptos mentales, son memorias, pensamientos (esto lo veremos en la siguiente lección).
Esas asociaciones del pasado tiñen la realidad impidiéndonos ver lo que tenemos delante.
Nuestra experiencia está condicionada por el pasado.
¿Has tenido alguna vez la sensación de estar reviviendo una y otra vez el mismo día? ¿Cómo un autómata al que le dan cuerda por la mañana y repite el mismo guión un día sí y otro también?
¿Tienes o has tenido la sensación de que a tu vida le falta asombro? ¿Qué todo es lo mismo? ¿Cómo si le faltase vida?
Esto es así porque en el fondo todo es realmente lo mismo: todo es pasado.
Estoy reviviendo el pasado una y otra vez.
En última instancia estoy reviviendo una y otra vez el instante en el que tomé en serio esa idea loca de la separación.
El abandono que experimenté con 4 años se repite por ejemplo con mis parejas, o con mis amigos. La sensación de pérdida que tuve al dejar mi casa se repite cuando por ejemplo quedo con alguien y luego nos despedimos. Siento que lo pierdo porque estoy filtrando esa situación a través de las lentes de una memoria de mi pasado.
Esa pérdida o abandono reflejan la creencia escondida en la mente, de que el Amor, Dios, me ha abandonado, que he perdido su Gracia.
Al observar cualquier objeto, como un móvil lo primero que viene a mi cabeza es la palabra «móvil», y luego imágenes de mi pasado relacionadas con el móvil, su uso, su fragilidad, su imagen, su funcionalidad, su peso. Se que si lo tiro al suelo probablemente se rompa, y lo valoro por lo que tendré mucho cuidado de que esto no pase o de que me lo roben.
Sin ese aprendizaje no sabría lo que estoy experimentando, no tendría referencias.
Sin etiquetas la vida sería un continuo asombro.
Dice Jeff Foster en su libro, La más profunda aceptación:
Para experimentar cualquier cosa – o mejor dicho, para saber lo que estás experimentando-, debes contarte a cierto nivel lo que estás experimentando. Para percibir una silla tienes que contarte a cierto nivel que eso es una silla; el relato de la silla tiene que haber empezado a hablarte; sino, no tienes forma de saber lo que es. El pensamiento «silla» aparece, y de repente se que estoy percibiendo una silla. He aprendido sobre sillas. Me he sentado en muchas sillas en el pasado. Quizás haya leído la historia de la silla. Sé lo que son las sillas, por lo tanto se que estoy percibiendo una silla. Sin ese pensamiento, ¿puedo saber lo que estoy experimentando? Sin pensamiento, ¿puede haber un mundo cognoscible?
Tengo un sobrino que va a cumplir un año y estos han sido sus primeros Reyes Magos. Mi hermano, su padre, me mandó un vídeo de él la mañana de Reyes abriendo los regalos.
Todavía no sabe lo que es un regalo y en lugar de centrarse en el regalo en si se entretiene con el papel que lo envuelve. Para él no hay diferencia entre ese trozo de papel y el regalo que incluye. Dos minutos después de abrir los regalos me manda otra foto donde se le ve pasando de los regalos y muy entretenido con la puerta del armario. 🙂
Todavía no ha aprendido el valor de las cosas, para él es tan interesante un trozo de papel, como la puerta del armario, como un regalo de Reyes.
Le das un juguete y de repente aparece el asombro, y cuando eso deja de fascinarle pasa al siguiente objeto. No tiene todavía un relato establecido del mundo. Vive en el asombro como la niña que experimenta la lluvia por primera vez y que ya compartí al hablar de la lección 3.
Pero cuando a un niño le dices que un pájaro es un «pájaro», a partir de ese momento dejará de ver el pájaro.
Nosotros creemos saber lo que vemos, lo que percibimos.
Pero, ¿lo sabemos en realidad?
Más allá de las asociaciones del pasado, de las palabras, ¿acaso no sigue habiendo sólo asombro?
Dice Jeff Foster:
Para experimentar lo que son tu madre, tu padre, tu hermana o tu hermano, en cierto nivel debes contarte (o recordarte) quiénes son. Sin tu relato sobre quienes son, no tienes forma de saber quienes son, ¿verdad? Sin tu relato, te encuentras con ellos, literalmente por primera vez. Sin el relato, lo único que hay es intimidad total. Más allá del relato, hay amor. Y amor significa, «no dos».
Ese es el propósito de sólo ver el pasado: ver «dos», y por lo tanto mantener la creencia en la separación en la mente. Si hay dos, y toda percepción se basa en esta premisa de sujeto-objeto, el «yo sujeto» sería real. Así que mi identidad personal, mi yo separado de Dios, es real.
Ese es el propósito del ego que compartimos.
El tiempo, que es un concepto igualmente, sirve a este mismo propósito de la separación. Diferenciamos entre pasado, presente y futuro dentro de nuestra percepción lineal del tiempo.
Lo que el ego nos dice es «pecaste«, en el pasado, lo que hace que te sientas «culpable» en el presente, y que por lo tanto tengas «miedo» del futuro, porque todo «pecado» exige castigo.
Así que la trinidad impía del ego es:
Pasado (Pecado) – Presente (Culpa) – Futuro (Miedo)
Dice la lección: «Cambiar las viejas ideas que se tienen acerca del tiempo es muy difícil porque todo lo que crees está arraigado en el tiempo, y depende de que no aprendas estas nuevas ideas acerca de él«.
La resistencia que surge al aceptar ideas como la de la lección de hoy es debido a que esta idea contradice completamente lo que nos hemos enseñado a nosotros mismos sobre el mundo, sobre nuestra realidad. Y es una bomba contra los cimientos de aquello que creemos ser: una persona, un ser individual.
Toda nuestra identificación personal está basada en el pasado, y por lo tanto en el concepto de tiempo lineal. Sin esta concepción del tiempo, ¿quien soy?
La invitación hoy es a darnos cuenta de que sólo vemos el pasado, nada más. Y da lo mismo que se trate de un objeto inanimado como un zapato, o de un objeto animado como un cuerpo o una planta. Se nos insta a no hacer excepciones porque no las hay.
Ese es el propósito de estas primeras lecciones, empezar a ver que todo es lo mismo porque sirve al mismo propósito: el propósito del ego de mantenernos en el olvido de nuestra verdadera identidad, o el propósito del E.S de transformar ese olvido en una forma de recordar.
Esta mañana al sentarme a escribir esta entrada estaba sonando una canción en la radio que me llamó la atención. Se titula: Open Your Eyes (Abre Tus Ojos) y os comparto el vídeo al final de la entrada.
Dice así:
And I wanna make you happy
I want you to be free
But there seems to always be
Forces of gravity
Weighing you down
And i want you to fly with me
[Chorus]
So darling, won’t you open your eyes
How can you be so blind to the beauty of life
It’s everywhere so won’t you dare
To open your eyes
How can you be so blind to the beauty of life
It’s everywhere so won’t you dare to open your eyes
Y quiero hacerte feliz
Quiero que seas libre
Pero parece que siempre hay
Fuerzas de gravedad
abrumándote
Y quiero que vueles conmigo
[Coro]
Querida, ¿no abres los ojos?
¿Cómo puedes ser tan ciega a la belleza de la vida?
Está en todas partes, así que no ¿te atreverás a abrir los ojos?
¿Cómo puedes estar tan ciega a la belleza de la vida?
Está en todas partes, así que ¿no te atreverás a abrir los ojos?
Esa es la invitación de Jesús: que abras los ojos a la belleza de la vida, al misterio que te rodea al entrenar tu mente con esta lección.
Porque quiere hacerte feliz, quiere que seas libre. ❤
Solo veo el pasado.
También fui guiada a esta charla TED de la Dra. Jill Bolte Taylor, titulada: Un ataque de lucidez. Os recomiendo verla como un símbolo de nuestra mente dividida, de como el espíritu opera con los símbolos del mundo, como un derrame en este caso, para ayudarnos a recordar que somos mucho más que aquello con lo que nos hemos identificado. Y un apunte, el cerebro no es a lo que hace referencia el Curso al hablar de la mente. Que lo disfrutes.
Que la quietud del Cielo envuelva hoy tu corazón.
Feliz día. ❤
PD: Puedes escuchar esta reflexión en nuestro canal de Ivoox:
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Puedes escucharla también en youtube:
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