¡Hola a todos!

Hoy quiero hablaros del último libro que he leído: Un Curso de Salud y Bienestar de Cindy Lora-Renard.

Para los estudiantes del Curso seguro que el nombre os suena porque su autora es la mujer de Gary Renard, autor de varios libros imprescindibles si quieres comprender los conceptos del curso de forma fácil y sencilla. Cualquiera de los libros de Gary son una buena forma de introducirse en los conceptos de Un Curso de Milagros pero en concreto su primer libro, La Desaparación del Universo es, desde mi punto de vista, una lectura obligada para todos los estudiantes del Curso.

El libro de Cindy está enfocado en la visión de la salud y el bienestar desde la perspectiva de Un Curso de Milagros. Está basado tanto en el trabajo de Gary Renard como en el de Kenneth Wapnick que son sin dudas dos de los autores que mejor conocen el Curso, su metafísica y aplicación.

Aunque el libro no aporta nada nuevo, me ha gustado recordar conceptos como el perdón o la visión del Curso acerca de la salud y la curación a través de la forma de expresión de Cindy. El lenguaje de Cindy es sencillo y ameno lo que se agradece porque hace la lectura agradable y fácilmente aplicable a las circunstancias de tu vida.

Si estás empezando con el estudio del Curso te lo recomiendo porque creo que es un resumen de este aspecto muy acertado y sin concesiones a la dualidad. Y si ya eres un alumno avanzado siempre viene bien volver a recordar los conceptos básicos y la metafísica no dualista del Curso.

Lo he disfrutado y después de una lectura rápida ahora le estoy dando un segundo repaso más tranquilo donde me gusta subrayar, tomar notas y profundizar más en su contenido.

La lectura de este y otros libros inspirados en Un Curso de Milagros, algunos de los cuales ya he recomendado en este espacio, siempre me motiva para seguir estudiando y practicando con el Curso. 🙂

Espero que os guste y si lo leéis me gustaría conocer vuestra opinión.

Y ya tengo en lista de espera el nuevo libro de Byron Katie: Una mente en paz consigo misma, al que estoy deseando hincarle el diente, y del que hablaré en otra entrada cuando lo termine. De momento podéis leer un avance en este enlace: UNA MENTE EN PAZ CONSIGO MISMA

Siempre eliges entre tu debilidad y la fortaleza de Cristo en ti. Y lo que eliges es lo que crees que es real.

Un día, a comienzos del año 2015, en el momento álgido de mi extraña situación relacionada con las alergías y los virus, empecé a sentir pánico porque me costaba respirar. Entré en la oficina donde Gary trabajaba y le expliqué, aterrorizada, que no podía respirar con normalidad. En esa época también había perdido la voz, de modo que no solía hablar mucho, lo que hizo que me costase todavía más expresarme. Le dije a Gary con voz muy áspera: «¡Por favor, llama al médico y dile que me cuesta respirar!». En ese momento algo me dijo que la cosa no estaba tan mal como yo estaba haciéndola parecer. Todo estaba en mi mente y todo iba a salir bien. Mis pensamientos empeoraban la situación. Aunque oí este susurro en mi cabeza, seguía en estado de pánico. Hice lo «normal» en un caso así y pedí a Gary que llamase al médico, por si acaso. El médico me explicó que mis síntomas formaban parte de un proceso normal cuando se tiene alergía. Eso no me reconfortó mucho porque seguía haciendo real la situación en mi mente pensando en resultados negativos, cómo: «¿Y si me desmayo?», «¿Y si tengo que ir al hospital?», «¿Y si…?», «¿Y, si…?», «¿Y, si?». Todas estas suposiciones alimentaban el pánico y daban realidad al mundo. El doctor me recetó algo para ayudarme a respirar y a limpiar los senos nasales. No parecía preocupado en absoluto.

Cuando dejé de hablar con él por teléfono, me di cuenta de algo: el hecho de que tanto Gary como el médico hubieran permanecido tan calmados durante el episodio, al tiempo que me ofrecían ayuda, hizo recordar a mi mente que la separación no es real. Fui a la otra habitación y empecé a calmarme. Recordé mi poder de elegir. Podía seguir pensando en mí misma como un cuerpo vulnerable e identificarme con el ego, o podía elegir la fortaleza de Cristo en mí y mantenerme vigilante solo a favor de Dios y su Reino. En cuanto empecé a tener pensamientos de la mente recta, me sentí mejor. Incluso me acordé de reír. Reconocí que, ocurra lo que ocurra, siempre puedo escoger lo que quiero ser: un cuerpo, o Espíritu. A partir de ese momento elegí ser Espíritu.

A la luz de todo lo comentado hasta ahora, me gustaría dejar muy claro que la mayor parte de lo que he dicho se refiere a la mente y a cómo puedes empezar a mirar tu vida, tu cuerpo y el mundo con una perspectiva diferente. Por esta razón decimos que el Curso es un sistema de pensamiento, un entrenamiento mental. El resultado inevitable de practicar sus principios es ver tu vida aparente aquí con una nueva perspectiva. No dejas de cuidar el cuerpo, de ir al médico o de hacer lo que harías normalmente. Dice el Curso: «No tengo que hacer nada». A menudo esta declaración se malinterpreta como que hay que mantenerse pasivo en lo relativo al cuerpo, negar la experiencia corporal y simplemente esperar que ocurra algo. Un planteamiento que no resultaría muy útil en caso de emergencia. Pero el Curso explica: «No hacer nada es descansar, y crear un lugar dentro de ti donde la actividad del cuerpo cesa de exigir tu atención. A ese lugar llega el Espíritu Santo, y ahí mora». Y: «Este tranquilo centro, en el que no haces nada, permanecerá contigo, brindándote descanso en medio del ajetreo de cualquier actividad a la que se te envíe. Pues desde este centro se te enseñará a utilizar el cuerpo impecablemente». Lo que quieres es deshacer el sistema de pensamiento del ego, practicar el perdón y mantenerte pasivo con respecto al ego, pero activo en lo relativo al Espíritu Santo. Este proceso te ayuda a retirar tu creencia en que el ego es tu identidad y hace más probable actuar con inspiración y no con miedo.

Otra manera de interpretar la frase «no tengo que hacer nada» es volver a pensar que eres una mente y no un cuerpo. La mente está fuera del tiempo y del espacio, y la fuerza de Dios reside en esa mente, a la que tienes acceso en cualquier momento. De modo que lo único que debes es aceptar que la fortaleza de Dios ya está dentro de ti y puedes elegirla. Cuando permites al Espíritu Santo guiarte, todo lo que hagas viene de un lugar de inspiración y amor, no de ataque, juicio y condena. En otras palabras, este centro sereno del que habla el Curso es un lugar en tu mente al que siempre puedes retornar en medio del aparente torbellino que te rodea y cuando te abrumen los sucesos caóticos de la vida.

Es como si estuvieras en medio de una gran tormenta, como un huracán; el ojo del huracán es el centro calmado y el caos solo parece estar en la parte externa, con todas sus nubes oscuras, sus vientos aullantes y sus aguas rugientes. En realidad tú eres ese centro en calma, y nada procedente de fuera puede hacerte daño. Las imágenes externas son representaciones de tus pensamientos proyectados hacia fuera. Pero esos pensamientos no son la realidad, y no pueden tener efectos en ti a menos que les des el poder para ello al hacerlos reales. Piensa en ese centro calmado, el ojo, como en la Luz de la Verdad que mora en ti. Allí es donde vive tu tomador de decisiones. Allí es donde tienes el poder de elegir con qué maestro contemplar las nubes que parecen girar afuera. Siempre eliges entre el ego, que habla a favor de la separación, y el Espíritu Santo, que habla a favor de la Totalidad y la Unicidad. En función del maestro escogido interpretarás lo que parece estar fuera de ti.

Recuerda: lo que ves fuera solo es un efecto de tus pensamientos, no su causa. El mundo externo es una representación pictórica de tu mundo interno. Siempre ves lo que quieres ver. Esto es así porque el sueño proviene de tí, no viene sobre ti. La mente una está soñando, y cuanto más pienses en ti mismo como mente una, más te darás cuenta de que todo encaja. Nota importante: esto no significa que seas personalmente responsable de la conducta de otras personas. Solo eres responsable de cómo miras e interpretas las cosas. La conducta es un efecto del pensamiento.

Fuente: Un Curso de Salud y Bienestar (Basado en los principios de Un Curso de Milagros). Cindy Lora-Renard

Os dejo con un vídeo de presentación del libro por parte de su autora y su marido, Gary Renard.

 Feliz día. ❤

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