Yo lo haría diferente, piensa el ego. Yo actuaría de otra forma. Yo soy diferente de ti y en este caso mejor que tú. Ese es el origen del conflicto.

El Curso de Milagros nos recuerda que el mundo no puede hacerte feliz ni entristecerte. Ninguna situación puede hacerte feliz o entristecerte. Sólo nuestros propios pensamientos pueden hacerlo. Sólo la interpretación que hacemos de esa situación puede hacerlo.

Y eso es una eleccion. De hecho es la única elección que tenemos.

Cuidar nuestra parte del jardín, nuestra mente, para no seguir alimentando odios o enfrentamientos es nuestra responsabilidad y de nadie más.

Si no me siento en paz, es mi elección. Si algo aprieta mis botones emocionales es una bandera roja que me invita a pararme, dejar de identificarme con el ego y su mensaje de miedo, asumir responsabilidad por mi sentir, y desear de corazón ver algo diferente. Desear de corazón una nueva mirada.

«Podría ver paz en lugar de esto (ataque, violencia, ira, tristeza….«, nos recuerda Jesús.

«Podría«, luego es una opción. Una opción disponible a cada instante.

No hay nadie ahí afuera que pueda hacerme nada.

Sólo otra oportunidad para la paz, otra oportunidad para el perdón.

No el perdón del ego que se siente superior y diferente de aquello a perdonar. Sino el perdón que me muestra que no hay diferencias.

Todos compartimos la misma locura, la parte de nuestra mente atraída por el conflicto, y la misma santidad, la parte de la mente atraída por la paz. Y la capacidad de elegir entre ambas. O estás de la mano del ego, o estás de la mano de Jesús, de tu maestro interno.

No te dejes engañar.

Es el momento de poner en práctica todo lo que has aprendido.

Es una lección.

De ti depende el desear aprenderla o no.

Y ahí, y sólo ahí, reside tu paz. ❤

Un abrazo enorme,

Fotografía: Silent morning (Andre Arment)