Puede
El E.S necesita un alumno feliz en quien Su misión pueda llevarse a cabo felizmente. Tú que eres tan partidario de la aflicción, debes reconocer en primer lugar que eres infeliz y desdichado. El E.S no puede enseñar sin este contraste, pues tú crees que la aflicción es felicidad. (T-14.II.1:1-3)
Este texto parece contradictorio. Lo que Jesús nos está diciendo es que para ser un alumno feliz necesitamos primero darnos cuenta de lo infelices y desdichados que somos.
¿Por qué?
No podemos aprender felicidad, que es la lección del E.S, si creemos que ya somos felices.
¿Qué motivación tendríamos para aprender algo si ya creemos saberlo?
La motivación para aprender algo sólo puede provenir de nuestro deseo de aprenderlo, y para ello primero tenemos que reconocer que no lo sabemos.
Si creo que soy feliz no estaré dispuesto a que Jesús me enseñé. Sólo si reconozco que no lo soy estaré dispuesto a dejarme enseñar.
Por eso este Curso no es para todo el mundo. Si no te has agotado, si no has empezado a vislumbrar que hagas lo que hagas siempre hay algo que parece que te falta, que nunca es suficiente, que lo que has hecho hasta ahora no te ha aportado perfecta felicidad sino una felicidad elusiva que hoy está y mañana ya no, dependiente de algo externo, no verás la necesidad de un nuevo maestro, de una nueva enseñanza.
El alumno feliz es aquel que está deseoso de aprender las lecciones que el maestro tiene que enseñarle. No quiere seguir enseñándose a sí mismo porque ha recorrido ese camino y ya sabe que siempre acaba en un callejón sin salida.
No es casualidad que el curso nos recuerde que el mantra del ego es: busca y no halles.
Un alumno feliz ha renunciado a ser su propio maestro y ha decidido ser simplemente un seguidor. Dice el Curso en su lección 324: No quiero ser guía. Quiero ser simplemente un seguidor.
Un seguidor, un discípulo del maestro que conoce la lección que él quiere aprender.
¿Cómo podría un maestro que no conoce la lección enseñártela?
No podría.
El ego no sabe lo que es la felicidad que es una cualidad de nuestro Ser. No puede saberlo porque el ego es la creencia en la separación, en que somos seres individuales separados de nuestra Fuente. La perfecta felicidad es completitud, lo que quiere decir que no le falta nada, lo incluye todo. Si el ego es la creencia en que nos falta algo, ¿cómo puede conocer lo que es la felicidad completa?
No puede.
Esa lección no podemos aprenderla del maestro del miedo, el ego. Sólo el maestro de la paz, Jesús, el E.S puede enseñárnosla.
El ego no es feliz así que no puede enseñarnos a serlo.
La raíz del ego es la creencia en la culpabilidad, que hay algo erróneo o equivocado en nosotros. Que no somos dignos de amor. ¿Cómo puede alguien que se cree culpable, aunque sea inconscientemente, ser feliz?
Si el ego es la creencia en la individualidad, mientras me siga creyendo un «individuo», un cuerpo, un pasado, una personalidad en un mundo de cuerpos separados, no sabré lo que la felicidad es.
Nunca seré feliz como ego. Nunca.
Felicidad es igual a completitud [cualidad de completo]. Lo que Dios crea es siempre completo y no conoce carencia. Como el curso nos recuerda: «sólo puedes estar completo en tu inocencia, y sólo en tu inocencia puedes ser feliz» [T-14.III.2:4]
La lección del ego es la culpabilidad. La lección del E.S es la inocencia.
Sólo podemos ser un alumno feliz por lo tanto si estamos dispuestos a dejar de valorar la culpabilidad en cualquier forma en la que se presente: «Cada vez que el dolor de la culpabilidad parezca atraerte, recuerda que si sucumbes a él estarás eligiendo en contra de tu felicidad, y no podrás aprender a ser feliz» [T-14.III.3:3]
Los diferentes testigos de la culpabilidad ante los que hay que mantenerse vigilante podemos verlos en la lección 163.
Aunque en esta lección se habla de la muerte, puedes sustituirla por culpabilidad ya que sólo los que se creen culpables creen que pueden morir.
La muerte es un pensamiento que adopta muchas formas, las cuales a menudo no se reconocen. La muerte puede manifestarse en forma de tristeza, miedo, ansiedad o duda; en forma de ira, falta de fe y desconfianza; preocupación por el cuerpo, envidia, así como en todas aquellas formas en las que el deseo de ser como no eres (un cuerpo, ser individual) pueda venir a tentarte.
Una forma de identificar esa culpabilidad inconsciente (ya que la mayoría de ella está negada y proyectada) es prestar atención a nuestros «debería«. Debería perder peso, debería ganar más dinero, debería estudiar más, debería ser más constante, debería ser feliz, esto no debería de estar pasando, tú no deberías actuar de esta manera, o deberías ser más amable, o menos prepotente.
Cualquier «debería» que rija tu vida, y no siempre somos conscientes de ellos, es una pedacito de culpa escondido saliendo a la superficie.
Si te fijas en tus conflictos, en los resentimientos que mantienes contra ti mismo o contra los demás o del mundo, verás que siempre hay un «debería» escondido.
Haz la prueba ahora, observa alguno de los conflictos que mantienes y luego trata de identificar los «debería» que se encuentran ocultos. Y nota la tension asociada a esos «debería».
No tiene sentido tener a Jesús como tu maestro del curso si no crees que tenga algo que enseñarte, y no irías a la escuela si no tuvieras algo que aprender.
Nuestras vidas son las aulas donde aprendemos las lecciones de perdón, dentro del marco de nuestras relaciones especiales. Ese es el currículum que Jesús utiliza para enseñarte que lo que te has enseñado a ti mismo no te ha traído felicidad, pero que hay otra manera de contemplar tu vida y tus relaciones.
Aprender de la mano de Jesús y del curso (Un Curso de Milagros) significa desaprender lo que hemos aprendido de la mano del ego, estar dispuesto a cuestionar nuestra forma de ver la vida, a nosotros mismos y a los demás, y abrirnos a una nueva mirada más pacífica y bondadosa, libre de juicio.
Aprender a mirar al ego sin juzgarlo. Y para eso necesitamos del maestro, de Jesús y su visión.
Para elegir un nuevo maestro primero tenemos que despedir al que ya teníamos. Y solo renunciaremos a él si nos damos cuenta de que aprender sus lecciones solo nos ha traído dolor, sufrimiento e infelicidad.
Esa es la motivación que necesitamos para dejar de prestar oídos a la voz del miedo, y abrirnos a la Voz de Dios, el E.S, Jesús, en tu mente, cuyas lecciones de perdón nos traen el recuerdo de esa melodía que creíamos haber olvidado, el amor.
Te estoy enseñando a que asocies la infelicidad con el ego y la felicidad con el Espíritu. Tú te has enseñado a ti mismo lo contrario. Sigues siendo libre de elegir, más a la vista de las recompensas de Dios, ¿puedes realmente desear las recompensas del ego? [T-4.VI.5:6-8]
Aprender a ser un alumno feliz quiere decir que el propósito del día pase a se, como nos sugiere el curso: «consagrarse a los milagros«, que no es otra cosa que prestar atención a esas tentaciones de percibir falsamente, de percibir ataque, de percibir culpabilidad, de ver separación, y llevar esa lección a clase para que Jesús pueda enseñarnos lo equivocados que estamos.
Si me doy cuenta de lo equivocado que estaba acerca de algo que me traía dolor, seré feliz. Por eso Jesús nos dice que «estate dispuesto a estar equivocado respecto a todo lo que crees saber, y serás feliz«.
O más sencillo: ¿Quieres ser feliz o tener razón?
Tu manera de percibir el mundo no te ha traído felicidad. Reconoce esto y estate dispuesto a dejarte enseñar.
Conviértete en un alumno feliz. 🙂
Hoy para terminar os recomiendo una película coreana que podrás ver con subtítulos en castellano. Se titula: «The beauty inside«.
Sinopsis
Woo-jin se despierta cada día dentro de un cuerpo distinto, con diferente edad, sexo o nacionalidad. Algunas veces es un hombre, otras una mujer; un anciano o un joven, incluso a veces un extranjero. Dentro es la misma persona, pero por fuera siempre es alguien nuevo, lo que es algo difícil de llevar. Lo único constante en su vida es la chica a la que ama, Yi-soo, que sabe lo que le ocurre y le quiere de todas formas. (FILMAFFINITY)
La visión espiritual ve más allá de la forma mientras que el ego está enamorado de la forma. Esto se ve muy bien en esta película que espero que te guste y te emocione como a mí.
Un abrazo enorme,
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RETO DE LOS 90 DÍAS: INSPIRACIÓN DIARIA PARA EL PERDÓN, LA PAZ Y LOS MILAGROS (INSCRIPCIONES ABIERTAS). (Haz clic en la imagen para acceder a la información)

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2 comentarios en “El alumno feliz”