Al comenzar el día

LA CHISPA DE LUZ

Ayer vimos que no podemos abrigar resentimientos y conocer a nuestro Ser.

Y que son nuestros resentimientos lo que nos mantiene en la oscuridad impidiéndonos ver nuestra luz.

El día 2 de este Calendario hablábamos de los milagros y veíamos que detrás de cada situación de aparente conflicto se encuentra un milagro al que tenemos derecho.

Hoy vamos a dar un paso más y recordar que siempre estamos eligiendo entre un resentimiento y un milagro, y que aquello que elijamos ver, será lo que veamos.

Tal vez aún no esté completamente claro para ti el hecho de que en cada decisión que tomas estás eligiendo entre un resentimiento y un milagro. Cada resentimiento se alza cual tenebroso escudo de odio ante el milagro que pretende ocultar. Y al alzarlo ante tus ojos no puedes ver el milagro que se encuentra en él. Éste, no obstante, sigue allí aguardándote en la luz, pero en lugar de él contemplas tus resentimientos. (L-78.1)

Los resentimientos son como una niebla que nos impide ver con claridad.

El milagro nos ayuda a disipar esa niebla para ver lo que realmente oculta.

Nuestra tarea no es buscar el amor, como nos recuerda el Curso, sino buscar y encontrar todas las barreras dentro de nosotros que hemos levantado contra él.

No es buscar la verdad, sino todo lo falso.

Los resentimientos son esas barreras que hemos construido para protegernos de aquello que en el fondo anhelamos, pero a lo que tememos debido a nuestra confusión de identidad.

Hoy vamos a ir más allá de los resentimientos para contemplar el milagro en lugar de ellos.

Hoy vamos a ir en busca, siguiendo con la metáfora de estos últimos días, del resplandor, la chispa de luz, que habita en cada uno de nosotros. ❤

En el curso del día

Durante el día de hoy vamos a tener presente la idea de que siempre estamos eligiendo entre un resentimiento y un milagro, y que nuestra voluntad es :

¡Qué los milagros reemplacen a todos mis resentimientos!

Permitimos que todo aquel que se cruce en nuestro camino hoy, así como aquel que venga a nuestra mente, se conviertan hoy en nuestro salvador al negarnos a seguir ocultando su luz tras la pantalla de nuestros resentimientos.

Cuando surja la tentación de percibir algo que no es amor podemos recordarnos:

Hoy no intercambiaré milagros por resentimientos. Tu luz (nombre de la persona) es lo único que quiero ver.

Al terminar el día

Dedica unos minutos a revisar tu día.

Cierra los ojos y deja que a tu mente venga una persona. Imagina a esa persona tal y como la ves ahora. Quizás guardes algún tipo de resentimiento respecto de ella. Quizás pienses que es frívola, o prepotente, desconfiada, poco sincera, manipuladora.

Piensa en todas las cosas que esa persona ha hecho y te han molestado. Y también en todo lo que ha hecho que te ha complacido.

Observa como todas esas imágenes están focalizadas en su cuerpo, en lo que dice o en lo que hace.

Observa tanto la angustia como el placer que su cuerpo te ha proporcionado.

¿Acaso te ha proporcionado felicidad duradera?

Contemplar a tu hermano como un cuerpo te mantiene separado de él.

Esta percepción lo condena a una prisión diminuta, sentenciado a sufrir limitaciones, pérdidas, dolor y muerte.

Y puesto que «tu hermano es el espejo en el que ves reflejada la imagen que tienes de ti mismo mientras perdure la percepción«, lo que veas en él lo estarás reafirmando en ti.

Si crees que el es un cuerpo, creerás que tú eres un cuerpo.

Si crees que es espíritu, eso mismo estarás reforzando en ti.

Si crees que el es culpable, creerás igualmente que tú también lo eres.

Si crees que es inocente, eso mismo estarás reafirmando en ti.

Ahora trata de percibir, con la ayuda de tu maestro interior, “algún atisbo de luz en alguna parte de él, algún pequeño destello que nunca antes habías notado. Trata de encontrar alguna chispa de luminosidad brillando a través de la desagradable imagen que de él has formado. Continúa contemplando esa imagen hasta que veas luz en alguna parte de ella, y trata entonces de que esa luz se expanda hasta envolver a dicha persona y transforme esa imagen en algo bueno y hermoso. “ L-121.11

“Permite entonces que él te ofrezca la luz que ves en él, y deja que tu “enemigo” se una a ti para bendecirte con lo que tú les diste.” L-121.13.1

Recuerda que:

Tu luz (nombre de la persona) es lo único que quiero ver.

Oración de la noche

Padre, hoy quiero dejar atrás todos mis resentimientos y en su lugar escoger la visión que el milagro me ofrece. Santifica mi visión hoy, Padre, para que pueda contemplar solo aquello que tu quieres que contemple. Hoy solo busco la chispa de luz que permanece inalterable en nosotros como recuerdo Tuyo. Gracias.

Descansa en la quietud de que tus ruegos han sido escuchados y serán contestados.

Descansa en el Amor. ❤

¡Feliz día!

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