Os dejo con la reflexión sobre la 16ª lección del Curso.
Puedes leer esta 16ª lección en este enlace: Libro de Ejercicios UCDM
LECCIÓN 16
NO TENGO PENSAMIENTOS NEUTROS.
Esta lección habla sobre el poder de la mente, un poder que no debemos menospreciar porque la salvación se encuentra en él.
Le mente es muy poderosa y jamás pierde su fuerza creativa. Nunca duerme. Está creando continuamente. Es difícil reconocer la oleada de poder que resulta de la combinación de pensamiento y creencia, la cual puede literalmente mover montañas. (T-2.VI.9:5-8)
En algún nivel reconocemos ese poder, y nos da miedo. Nos da miedo porque nos hace totalmente responsables de nuestra experiencia. Ya no podemos señalar con el dedo a algo o a alguien como los responsables de nuestro sentir.
A primera vista parece arrogante creer que posees tal poder, más no es esa la verdadera razón de que no lo creas. Prefieres creer que tus pensamientos no pueden ejercer ninguna influencia real porque de hecho tienes miedo de ellos. (T-2.VI.9:6-10)
Para el ego esa responsabilidad demuestra nuestra culpabilidad, para el Espíritu Santo, nuestra inocencia.
Eso puede mitigar la conciencia de culpabilidad, pero a costa de percibir a la mente como impotente. Si crees que lo que piensas no tiene ningún efecto, puede que dejes de tenerle miedo, pero es bastante improbable que le tengas respeto. No hay pensamientos fútiles. Todo pensamiento produce forma en algún nivel. (T-2.VI.9:11-14)
Así que Jesús no quiere que tengas miedo de este poder, pero si que le tengas respeto.
«Todo lo que ves es el resultado de tus pensamientos», dice en esta lección.
Una vez más sin medias tintas, TODO.
Si eso no es poder, ¡apaga y vámonos! 😉
«En esto no hay excepciones«.
Nosotros claramente si creemos que hay excepciones, queremos de hecho que las haya porque si no las hay, como Jesús nos dice en esta lección, estamos en un problema. Nuestro especialismo está en un problema, porque nuestro especialismo se fundamenta sobre la creencia en que hay un mundo ahí afuera que dicta mi experiencia.
Ya se trate del tiempo, de mi pareja, de los conflictos en el mundo, de las catástrofes naturales, de los asesinatos, de las violaciones, de la pérdida de mi trabajo, de la enfermedad que me acaban de diagnosticar, de la gotera que ha aparecido en mi cocina, del ruido de los vecinos, del abandono que sufrí de pequeño, de la falta de amor de mis padres o de no haber tenido padres, siempre que exista algo a lo que poder hacer responsable y señalar con el dedo, mi especialismo está a salvo. 😉
Ese es el propósito del mundo, ser una cortina de humo para mantenernos distraídos y no entrar en contacto con la verdadera fuente de nuestros problemas que son los pensamientos que albergamos.
Estos pensamientos «no son ni grandes ni pequeños, ni poderosos ni débiles. Son simplemente verdaderos o falsos. Aquellos que son verdaderos crean a su semejanza. Aquellos que son falsos fabrican a la suya«.
Los pensamientos verdaderos son los pensamientos de mentalidad recta: amor, unión, perdón. Los pensamientos falsos con los pensamientos de mentalidad errónea: miedo, separación, culpa.
Todo pensamiento amoroso que el Hijo de Dios jamás haya tenido es eterno. Los pensamientos amorosos que su mente percibe en este mundo constituyen la única realidad de éste. Siguen siendo percepciones porque él todavía cree estar separado. Mas son eternos porque son amorosos. (T-11.VII.2:1-3)
Los pensamientos verdaderos son los que pensamos de la mano del Espíritu Santo. Los pensamientos falsos son los que pensamos de la mano del ego. Unos «contribuyen a la verdad y otros a la ilusión: o bien extienden la verdad o bien multiplican las ilusiones«.
Ningún pensamiento carece de efectos, y por lo tanto no podemos considerarlos «fútiles» cuya definición es: algo que no tiene importancia.
Tienen importancia porque «cada pensamiento que tienes acarrea paz o guerra, amor o miedo. Un resultado neutral es imposible porque es imposible que haya pensamientos neutros«.
El Curso es un curso de entrenamientos mental en el que se nos pide que observemos nuestra mente, que observemos nuestras creencias, nuestros deseos y expectativas, donde estamos depositando nuestra fe. Que nos mantengamos vigilantes de esos pensamientos porque cada pensamiento que mantenemos o bien acarrea paz o guerra, amor o miedo.
Parece que no tenemos ningún control sobre lo que pensamos, que el pensamiento solamente sucede, pero el Curso nos dice: «ciertamente tienes control sobre tu mente«.
Tenemos control sobre aquello que pensamos.
Es nuestra elección.
La elección de seguir inviertiendo en ilusiones, o de invertir en la verdad. Y aquello en lo que invirtamos determinará la rentabilidad que obtengamos: guerra o paz, miedo o amor.
Nuestra experiencia de vida depende de que nos mantengamos vigilantes de la mente y no nos dejemos caer en «la tentación de descartar los pensamientos atemorizantes por considerárseles irrelevantes, triviales e inmerecedores de que uno se ocupe de ellos«.
Hay que mirar al ego, ese es el trabajo del Curso. Hay que observar al ego y sus efectos porque esa será la motivación para dejar de depositar nuestra fe en ilusiones y depositarla en la verdad.
Sin miedo porque si bien «todos son igualmente destructivos, también son igualmente irreales«. Pero para poder darme cuenta de que soy irreales, primero tengo que darme cuenta de que son destructivos y no pasarlos por alto, no jugar al juego de «la cara de la inocencia».
Hay que permitir que esos pensamientos salgan a la superficie. Es bueno de hecho que salgan a la luz porque esa es la forma de perderles el miedo y de poder elegir en contra de ellos.
Jesús en el Curso nos pregunta: ¿Es esto lo que deseas? ¿Deseas seguir creyendo en esto sabiendo que no tienes pensamientos neutros, que no hay pensamientos irrelevantes, que todos son destructivos y producen rentabilidad? ¿De verdad quieres seguir albergado este pensamiento o prefieres no conservarlo y entregármelo a mí?
Son irreales, pero dentro del sueño son importantes porque nuestra percepción depende de ellos. Nuestra experiencia depende de ellos.
Así que no hay que menospreciar el poder de la mente, incluso para elegir erróneamente.
No pueden afectar a lo que realmente Soy, sigo siendo inocente, sigo descansando en Dios, pero esa no podrá ser mi experiencia mientras no esté dispuesto a entrenar mi mente, a pensar de la mano del Espíritu Santo. Mientras no esté dispuesto a mirar de frente a mis creencias, a mi inversión en el ego y su sistema de pensamiento de carencia, culpa y miedo.
Así que la práctica de hoy sigue la forma de alguna que ya hemos visto, cerrar los ojos y observar nuestros pensamientos sin considerar a ninguno como «insignificante» porque no hay pensamientos neutros.
«Difícilmente se puede calificar de fútil a lo que da origen a la percepción de todo un mundo«, dice esta lección, recordándonos que el mundo que percibimos como externo no está realmente ahí.
¿Cómo sabré con que pensamientos trabajar? Esta lección te lo aclara: «cualquier pensamiento que se te ocurra, independientemente de las cualidades que le asignes, es un sujeto adecuado para aplicarle la idea de hoy«.
Así que pensamientos como «tengo hambre», «hace frío», «que película veo», «que ropa me pongo», «estoy cansado», son tan importantes para la práctica de hoy como otros sobre los que nos resulta más fácil ver que no son neutrales como ataques personales, pensamientos de victimismo, de miedo, de tristeza o de culpa.
No trates de diferenciar entre pensamientos verdaderos o falsos, simplemente observa los pensamientos que cruzan tu mente y aplica la lección:
Este pensamiento acerca de ____________________________ no es un pensamiento neutro.
En caso de notar algún pensamiento en particular a lo largo del día que nos produzca desasosiego se nos sugiere la siguiente variación:
Este pensamiento acerca de ________________ no es un pensamiento neutro porque no tengo pensamientos neutros.
Una vez más se nos insta a no ponernos en una situación de incomodidad o de esfuerzo lo cual no apoyaría el propósito de Jesús sino el del ego.
Y es el propósito de Jesús el que queremos seguir cuando practicamos con la idea de hoy:
No tengo pensamientos neutros.
Que la quietud del Cielo envuelva hoy tu corazón.
Feliz día. ❤
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