La resistencia

En algún momento, todos los que estamos trabajando con Un Curso de Milagros tenemos que haber experimentado un instante santo en el cual realmente soltamos nuestros egos; hubo una sensación clara de que ahora algo es diferente en una relación o una situación. Y luego esa sensación desaparece. Es entonces cuando sientes una irresistible urgencia de comer o dormir; tienes un accidente; comienzas a fantasear en torno a una pasada herida o a una cosa futura que quieres: cualquier cosa salvo permanecer en el momento presente. Cuando eso ocurre, es útil ser consciente de lo que está pasando. Aun cuando no puedas impedir darte un atracón de chocolate, o de lo que sea, al menos se consciente de que estás haciendo esto porque te asusta estar tranquila y en paz, o vivir unos breves minutos sin juicio ni necesidades. El miedo se volvió abrumador y por eso tuviste que distraerse y ponerte enferma.

Esta es la idea que aparece en la lección 136:

Es una decisión que tu mismo tomas, un plan que trazas, cuando por un instante la verdad alborea en tu mente que alucina, y todo tu mundo parece tambalearse y estar a punto de caer. Ahora estás enfermo, para que la verdad se aleje y no amenace más tus establecimientos.

La verdad alborea en tu mente y te asustas. Si la verdad es espíritu, entonces, regresas a tu cuerpo y te pones enferma o te dejas tentar por pasadas adicciones; rumias sobre el pasado y cuán injustas son las cosas, o cuánto han abusado de ti. Eso no importa. Lo que es útil es la conexión causal entre lo que estás sintiendo ahora – tome la forma que tome – y la paz que experimentaste anteriormente. Puede ser que leas algo en el Curso y súbitamente se encienden las luces; se vuelve claro como el cristal que está es la verdad, y está conciencia penetra tus defensas. Al minuto siguiente te encuentras ante el refrigerador, hablando por teléfono, encendiendo el televisor, sintiéndote furioso con las noticias, quedandote dormido o simplemente olvidando totalmente lo que acabas de recordar. Todo el mundo ha tenido está experiencia y es muy útil reconocer que su causa es la resistencia.

Vuestro progreso con Un Curso de Milagros no se puede medir por la disminución de los embates del ego o los atracones de chocolate, sino por la reducción del tiempo de reacción entre el momento en que sois conscientes de lo que está sucediendo y el suceso en si. Aun cuando no podáis detener la reacción del ego, lo que va a acelerar vuestro avance es ver la conexión entre la experiencia de amor, de estar en un estado de no-ego, y la defensa en su contra. Eso es lo único que tenéis que hacer. Ese es vuestro progreso. No os forcéis a no daros el atracón, a menos que verdaderamente vaya a haceros daño a vosotros (o a otros); no os forcéis a no involucraros en la defensa. Más bien, obervad lo que estáis haciendo y daos cuenta de que: «Esto me muestra el grado de mi demencia. Me sentía tan feliz y en paz, pero ahora me siento abrumado por la culpa porque me estoy dando este atracón y sé que me voy a sentir enfermo. Pero sigo eligiendo hacerlo porque obviamente me aterra ser tan feliz y estar en paz«. Esto es lo único que tenéis que hacer. Continuad comparando los sentimientos de amor y paz con los sentimientos de ansiedad, tensión, culpa y enfermedad. Cuanto más podáis compararlos, y cuanto más podáis aunar los pensamientos o sentimientos, más cerca estaréis de ponerle fin de una vez por todas a la disociación. Este proceso termina cuando traéis totalmente la ilusión a la verdad, o la oscuridad a la luz.

Fuente: Kenneth Wapnick (El final de nuestra huida del Amor) ❤