Sé valiente

Hace años, cuando trabajaba como coach, compartí una charla TED acerca de la vulnerabilidad. Supongo que la mayoría de vosotros ya la habréis visto porque es una de esas charlas que ha corrido como la pólvora por internet.

Por si no lo has visto, este es el vídeo.

Hace unas semanas en facebook vi que se iba a estrenar en Netflix un documental acerca de Brené Brown titulado: The Call to Courage (Sé valiente)

Me había gustado su charla acerca de la vulnerabilidad así que me decidí a verlo.

Mientras estoy escribiendo estas líneas todavía hay lágrimas corriendo por mis mejillas y siento el corazón expandido.

¿Y sabes qué?

Que no tiene nada que ver con el documental.

Me explico.

Me encanta el estilo de Brené, directo, empático y lleno de humor. Me gusta su forma de exponerse y su manera de compartir experiencias de su propia vida.

Me he reído muchísimo, me he emocionado por momentos y también en otros he notado como estaba juzgando su diálogo desde la perspectiva de Un Curso de Milagros.

Yo, al igual que Brené no soy de las personas que les gusta ser y mostrarse vulnerables. Aprendí desde muy pequeña a ponerme la armadura del ser fuerte y «yo puedo sola».

Cuando empecé a compartir mis escritos y reflexiones en las redes y en este blog siempre lo hacia desde el miedo. Miedo al rechazo, a que no gustase.

Así que esta soy yo: comparto algo y es como si lanzase una bomba, me tapo las orejas y espero. Entonces veo que tengo un «me gusta» y respiro. ¡Bueno, por lo menos hay otro raro como yo! Luego igual hay dos raros, tres, ¡ya estoy salvada! 😉

Ese espacio entre que lo compartes y la gente empieza a leerlo es un tiempo de contener el aire, en ocasiones no encuentras a ningún afín a ti y eso puede ser utilizado por tu saboteador, a los que en coaching llamábamos Gremlins (los alumnos del taller de los milagros y clientes de coaching saben a que me refiero 😉 ) como carnaza para el ataque, para sentir la tentación de dejarlo, de abandonar, de dar un paso atrás.

Ser vulnerable, mostrarse, atreverse a ser valiente, salir de tu zona de confort es algo que al ego le espanta.

Seguro que sabéis de que hablo.

Que la persona que te gusta no descubra que te gusta, o como dice Brené no ser el primero en decir «te quiero».

Así que nos mantenemos en terreno seguro, detrás de nuestras defensas, al amparo de nuestras armaduras.

¡Y nos morimos de asco!

Literal.

Pero hoy quería hablar de otra cosa. De algo que he observado al escuchar esta charla y en otras charlas con personas cercanas. Algo que he aprendido y que practico cada vez más: Ser consciente del contenido, y no tanto de la forma. O ir de la forma al contenido, como prefieras.

Yo lo veo así:

Cuando estoy escuchando a alguien puedo estar pendiente de sus palabras, de lo que está diciendo, y puede que si lo que dice concuerda conmigo, porque piensa igual que yo, me sienta bien, sienta una conexión con esa persona. Pero si lo que escucho no está de acuerdo con lo que pienso, puede que empiece a ponerme a la defensiva, que trate de corregir, de señalar los errores, lo que hará que no experimente conexión ninguna, y no quiera volver a hablar con esa persona.

Pero siempre puedo, y es una elección, ir más allá de la forma hacia el contenido. A lo que subyace. Y lo que subyace siempre es una expresión de amor, o una petición de amor. Y la respuesta siempre es la misma: amor.

Al escuchar la charla de Brené por momentos me di cuenta de que cuando estaba pendiente de sus palabras y no estaban de acuerdo con los postulados del Curso, sentía una contradicción. Como una disonancia. Y entraba en modo, corregir.

Cuando estás en modo «corregir» no hay conexión, hay separación.

Entonces me daba cuenta de que estaba utilizando la experiencia (en este caso este documental pero puede tratarse de un libro que estás leyendo, de un debate de la televisión, de lo que estás leyendo en facebook, de una charla con un conocido, etc.) para percibir diferencias, y volvía al propósito de utilizar todo lo que sucede para la sanación. Al percatarme de mi sentir podía elegir relajarme, dar un paso atrás y volver al contenido.

Entonces me abría a escuchar realmente.

Para mí es como algo que comenta Elizabeth Gilbert en su libro: Come, Reza, Ama, permitir que todo lo que te sucede, que todo, todo, te transforme. Desde una experiencia, una charla, alguien con quien cruzas la mirada en la calle, un libro que lees, un pájaro que oyes cantar, o una película que ves.

Cuando permites que esto suceda, y es una decisión, no puedes más que salir transformado de esa experiencia.

Puedes sentir la conexión, el amor, la alegría.

Esto me recuerda a la lección del Curso que dice:

Todas las cosas son ecos de la Voz que habla por Dios. L-151

Siempre soy consciente de cuando me he dejado llevar por mis defensas, por mi parte que busca las diferencias, por como me siento.

Hay un experimento que hicieron que dice que no puedes mirar a los ojos a una persona durante diez minutos sin enamorarte de ella.

¡Vamos a ver!

Con algunos seguro que necesitas más de diez minutos, pero si es tu voluntad, si tu deseo es ir más allá de lo aparente, de la forma, y estar dispuesto a que esa situación te transforme, lo cual implica en ocasiones hacer frente a tu sombra, sentir incomodidad o ponerte en una situación de vulnerabilidad, al final no puedes experimentar más que amor, porque es lo único real.

Creo que es un regalo que nos hacemos a nosotros mismos.

El Curso lo describe así:

No tienes idea del tremendo alivio y de la profunda paz que resultan de estar con tus hermanos o contigo mismo sin emitir juicios de ninguna clase. Cuando reconozcas lo que eres y lo que tus hermanos son, te darás cuenta de que juzgarlos de cualquier forma que sea no tiene sentido. De hecho, pierdes el significado de lo que ellos son precisamente porque los juzgas. Toda incerti­dumbre procede de la creencia de que es imprescindible juzgar.

Cuando los juzgas, pierdes el significado de lo que ellos son. Y de lo que tú eres.

Cuando te juzgas igualmente pierdes de vista lo que eres.

Estar con alguien sin juzgar es ser consciente de tus juicios y no juzgarte por ello. Observar todo eso que se mueve, la incomodidad, la tensión y no luchar contra ello.

Abrirte a sentir.

Hay una frase que utiliza en el documental y que me encanta que dice: La historia que me estoy contando. Porque se trata de eso: cuando escuchamos a alguien no escuchamos lo que dice sino lo que creemos que dice, es nuestra historia. Es nuestra interpretación.

Me ha encantado y seguro que lo utilizaré de ahora en adelante cuando note algún tipo de incomodidad.

La incomodidad es siempre acerca de «la historia que me estoy contando«, nunca acerca de lo que la otra persona está diciendo o haciendo.

¡Algo a tener presente!

Desde esta perspectiva, todo, absolutamente todo, es útil. Porque todo nos da la oportunidad de ir más allá de la forma hacia el contenido.

Todo nos ayuda a entrenar esa mirada libre de juicios.

A dejar de juzgarnos por las diferencias, que siempre son al nivel del mundo, y a elegir aquello que nos une, lo que nos hace iguales.

Hoy en la lección del día hablando del ego decía:

El ser que tú fabricaste no es el Hijo de Dios. Por lo tanto, no existe en absoluto. Y todo lo que aparentemente hace o piensa carece de significado. No es bueno ni malo. Es simplemente irreal; nada más. L-93

Y sin embargo ¡cuanta importancia le damos a lo que hacemos o pensamos! ¡O a lo que otros piensan o hacen!

«La historia que nos contamos» siempre es acerca de lo que pensamos que pensamos, o pensamos que otros piensan.

Cuando nos encontramos a punto para atacar, juzgar o criticar, para percibir diferencias o corregir, deberíamos, como nos recuerda esta lección, intentar recordar que tales pensamientos están ocultando la luz, la dicha y la paz de nosotros.

Nos estamos privando a nosotros mismos de esa experiencia.

Sé valiente, estate dispuesto a que todo lo que te suceda te transforme, a que todo sea una oportunidad para el perdón.

Para sanar.

Espero que lo disfrutes tanto como yo.

Me encantará conocer tu experiencia cuando lo hayas visto.

https://www.netflix.com/es/title/81010166

Y para terminar, una canción que me encanta y que habla precisamente de esto de ser valientes.

Be Brave.

Feliz día. ❤

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2 comentarios en “Sé valiente

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