Siempre que el Universo nos invita a algo nuevo, ocurre una agitación interna. Muchos buscadores se mueven en busca de paz, y lo que encuentran es una gran agitación, porque este movimiento en dirección a la paz precipita contenidos internos que estaban acomodados. Cuando te mueves en dirección a la verdad, ella te sacude, la gracia comienza a mover tu energía, y va despertando todo lo que esta dormido dentro de ti. Así, el océano interno se agita, pero es desde esta agitación que nace lo nuevo.
~ Sri Prem Baba, «La flor del día» ❤
La mayor parte de lo que se nos dice sobre el despertar suena como un argumento para vendernos la iluminación. Cuando tratan de vendernos algo, sólo nos cuentan los aspectos positivos, e incluso es posible que nos cuenten cosas que no son verdad. En el intento de vendernos el despertar, se nos refiere que la iluminación tiene que ver con el amor y el éxtasis, la compasión y la unión, y otras experiencias positivas. Suele estar envuelto en historias fantásticas, de modo que llegamos a creer que el despertar tiene que ver con milagros y poderes místicos. Uno de los argumentos de venta más habituales es la descripción de la iluminación como una experiencia de dicha. Consecuentemente, la gente piensa: «Cuando despierte espiritualmente, cuando sienta la unión con Dios, entraré en un estado de éxtasis constante». Por supuesto, ésta es una comprensión equivocada del despertar.
El despertar puede ir acompañado de dicha, porque la dicha es un subproducto del despertar, pero no es el despertar mismo. Mientras vayamos buscando subproductos del despertar, perderemos de vista la esencia. Esto es un problema, porque muchas prácticas espirituales intentan reproducir los subproductos del despertar sin lograr el despertar mismo.
Es importante que sepamos qué no es el despertar para que no vayamos detrás de sus subproductos. Debemos renunciar a la búsqueda de estados emocionales positivos a través de la práctica espiritual. El camino del despertar no consiste en sentir emociones positivas. Al contrario, es posible que la iluminación no sea en absoluto fácil ni positiva. No resulta sencillo dejar que aplasten nuestras ilusiones. No es fácil soltar percepciones muy arraigadas. Incluso podríamos experimentar una gran resistencia a reconocer esas ilusiones que nos producen mucho dolor.
Mucha gente no sabe que se va a encontrar con todo esto cuando emprende la vía del despertar espiritual. Como maestro, una de las cosas que averiguo sobre los discípulos al comienzo de nuestra relación es si están interesados en el despertar: ¿quieren realmente la verdad o sólo desean sentirse mejor? Porque el proceso de descubrir la verdad podría no ser un proceso en el que nos sintamos cada vez mejor. Puede ser uno en el que tengamos que mirar todo honestamente, con sinceridad, y eso puede ser fácil o no.
La llamada sincera de la realidad, la llamada sincera del despertar, es una llamada que viene de un lugar muy profundo de nuestro interior. Viene de un lugar que prefiere la verdad a sentirse bien. Si nuestra preferencia es sentirnos bien en todo momento, continuaremos engañándonos a nosotros mismos, porque intentar sentirse bien en el momento es exactamente la manera que tenemos de engañarnos. Pensamos que nuestras ilusiones hacen que nos sintamos mejor. Para despertar, tenemos que romper con el paradigma de tratar siempre de sentirnos mejor. Por supuesto que queremos sentirnos mejor; esto forma parte de la experiencia humana. Todo el mundo desea sentirse bien. Nuestro cableado interno, nuestro sistema nervioso, nos lleva a buscar todavía más profundo, y es lo que describo como el impulso de despertar.
Este impulso de despertar es el que nos da la valentía de examinar todas las maneras que tenemos de engañarnos a nosotros mismos.
Otro de los grandes errores con respecto al despertar o la iluminación es que se trata de algún tipo de experiencia mística. Podríamos esperar una experiencia similar a la unión con Dios: un fundirse con el entorno o disolverse en el océano. Esto no es así. Y el despertar tampoco consiste en poseer de repente una gran comprensión cósmica: comprensión de cómo está construido el universo, comprensión de como opera internamente lo que pensamos que es la realidad.
Podría seguir indefinidamente, pero, en esencia, lo importante es darse cuenta de que el despertar espiritual es muy diferente a tener una experiencia mística. Las experiencias místicas son preciosas. En muchos sentidos son las experiencias más elevadas y placenteras que un «yo» puede tener. El «yo» siempre busca la unión.
No estoy diciendo que las experiencias místicas no tengan valor, o que no sean transformadoras, porque suelen serlo. Las experiencias místicas pueden cambiar la estructura del yo egótico de manera radical, y a menudo de maneras muy positivas. De modo que, en el mundo de las cosas relativas, las experiencias místicas tienen su valor. Pero cuando hablamos del despertar espiritual, no hablamos de una experiencia personal. Hablamos de despertar del «yo». Hablamos de ir de un paradigma a otro completamente diferente, de un mundo a otro.
Cuando se produce un verdadero y auténtico despertar, quién somos y qué somos queda claro. Ya no hay preguntas al respecto; está resuelto. Así, una de las señales del verdadero despertar es el final de la búsqueda. Ya no sientes el impulso, el tira y afloja. El buscador ha quedado revelado como la realidad virtual que siempre fue, y desaparece como tal. En cierto sentido, ha terminado su tarea. Ha proporcionado el impulso necesario para ayudar a sacar la conciencia o el Espíritu de su identificación con el estado de sueño, y le ha ayudado a volver a su estado de ser natural.
El sanar, casi siempre, implica un trauma de algún tipo: abrir viejas heridas, exponer a la luz energías reprimidas, ignoradas y mal entendidas; tratar de ver lo amoroso dentro de aquello que no amamos… es por esto que la sanación no siempre luce o se siente bien, o hermosa o amable.
Uno de los mitos más peligrosos y desconsiderados que hemos heredado de nuestra cultura es que la sanación debería ‘SENTIRSE BIEN’. ¡No! A veces nuestro dolor realmente aumenta y se intensifica conforme la oscuridad sale hacia la luz. ¡Pero el dolor que inmediatamente juzgamos como ‘malo’ podría indicar que nuestro proceso de sanación se está intensificando y alineando, y no que está estancado!
~ Jeff Foster ❤
La luna de miel del despertar
Esta caída del buscador puede experimentarse como un gran alivio.
Esta es una experiencia muy común entre los que despiertan.
Cuando la conciencia despierta de si sueño de separación, hay una gran sensación de alivio.
Por eso la gente empieza a reír o a llorar, o experimenta una intensa liberación emocional del tipo que sea: sienten el alivio de haber salido por fin del estado de sueño.
A veces llamo a este momento el primer beso.
El despertar es como tu primer beso espiritual, tu primer beso de la realidad, tu introducción a la verdad de quién y qué eres.
Esta luna de miel puede durar un día, una semana, seis meses o un par de años.
Varía según la persona.
Lo característico del periodo de luna de miel es la fluidez completa: no hay resistencia en tu ser, en tu experiencia.
Todo fluye.
La vida es un flujo; todo parece ocurrir por su propia volición.
Es el conocimiento experimental de que en realidad todo se está haciendo, y que tú, como entidad separada, no estás haciendo nada.
En el sentido más profundo, esta luna de miel es una experiencia de no resistencia completa y total.
Dentro de la no resistencia, la vida fluye maravillosamente y de manera muy hermosa, casi mágica.
Las cosas aparecen cuando tienen que hacerlo.
Se toman decisiones sin decidir realmente; en todo está presente una sensación de obviedad.
Es la experiencia del Espíritu sin ningún impedimento, sin la corrupción de la ilusión, del condicionamiento o de la contradicción.
Este fluyo puede ser una experiencia momentánea, o puede durar más tiempo.
Algunas personas se sienten tan inmersas en la luna de miel que durante un tiempo están casi incapacitadas, perdidas en un estado de dicha durante una semana, un mes o incluso años.
Fuente: Texto extraído del libro de Adyashanti, El Final de Tu Mundo
En el vídeo que comparto hoy se muestra como Papaji acompaña a una mujer que le pide que le ayude a verse a si misma, a tener un despertar espontáneo. ❤
¡Feliz semana! ¡Sed felices! 🙂

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