¿No te das cuenta de que todo tu sufrimiento procede de la extraña creencia de que eres impotente? Ser impotente es el precio del pecado. (T-21.VII.1:1-2) Si la causa de lo que me preocupa y su solución estuvieran ambas fuera de mi mente yo sería ciertamente impotente para cambiar mi estado mental. Me siento impotente … Sigue leyendo ¡Ay que calor, que calor tengo!
