Temas: Perdón, Dios, Milagros, Relaciones, Visión, Despertar, Dolor, Culpa, Confianza, Jesús, Espíritu Santo
Género: Drama | Religión
Después de sufrir una tragedia familiar, Mack Phillips (Sam Worthington) cae en una profunda depresión que le lleva a cuestionar todas sus creencias. Sumido en una crisis de fe, recibe una enigmática carta donde un misterioso personaje le cita en una cabaña abandonada en lo más profundo de los bosques de Oregón. A pesar de sus dudas, Mack viaja a la cabaña, donde se encontrará con alguien inesperado. Este encuentro conducirá a Mack a enfrentarse a importantes verdades, que no sólo transformarán su comprensión de la tragedia sino que harán que su vida cambie para siempre. (FILMAFFINITY)
Y Dios Mismo enjugará todas tus lágrimas.
El mundo de Dios es un mundo feliz. Los que lo contemplan pueden tan sólo sumar a él su propia dicha y bendecirlo por ser causa de una mayor dicha para ellos. Llorábamos porque no entendíamos. Pero hemos aprendido que el mundo que veíamos era falso, y hoy vamos a contemplar el de Dios.
L-301
Esta película es un profundo viaje de sanación, una lección de vuelo, un símbolo de lo que la lección 301 del curso nos habla.
Se trata de una experiencia en la que perdonamos nuestro mundo, nuestra percepción del mismo, para abrirnos a una nueva mirada, al mundo de Dios.
Todos somos Mack, puede que la forma que toma nuestro proceso no sea como el suyo, pero el contenido, aquello que necesitamos perdonar es lo mismo. Así que esta película, si estás dispuesto a ello, puede ayudarte a soltar parte de ese dolor, esa Gran Tristeza que atenaza tu corazón.
Como el curso nos recuerda, lo que estamos perdonando es nuestra relación con Dios, y lo hacemos a través de nuestras relaciones, que son los símbolos del miedo.
Todos nos encontramos en ese proceso de sanación, de dejar ir nuestros resentimientos, de aprender a confiar en que no estamos solos, y que no necesitamos hacerlo todo solos.
Esta película es un precioso símbolo de esa voluntad de sanar que todos compartimos.
Hay metáforas bellísimas en ella, como la de las lágrimas, la del jardín, pero si tengo que quedarme con una, y para no sabotearos la película, me quedo con la de la barca.
¡Ya entendéreis el porqué! 😉
En muchos momentos de agitación yo misma he escuchado las mismas palabras que el protagonista escucha en esa imagen. Esa ayuda y presencia que siempre está a nuestro lado, guiándonos con paciencia e infinito amor.
Tiene tantas claves que me podría pasar el día habándoos de ella pero prefiero que tú mismo la descubras y te quedes con aquello que más necesites en este instante.
Renunciar a ser el Juez de lo que sucede, de nuestra vida o de la vida de los demás, renunciar a ser nuestro propio maestro es el inicio de nuestra propia sanación. Aprender a dejarnos guiar.
Abrirnos a desarrollar esa confianza en nuestro maestro interno.
La forma que toma la sanación no es lo importante, para algunos de nosotros este proceso puede estar vinculado a una herramienta como el curso, para otras personas como Byron Katie o Eckhart Tolle puede tratarse de una experiencia donde tienen un vislumbre de la verdad. En otros casos puede que se trate de una experiencia mística, o un experiencia de unidad. O de una experiencia cercana a la muerte como en el caso de Anita Moorjani, experiencia que relata en su libro «Morir para ser yo«.
En el caso del protagonista de esta historia basada en un hecho «real» tomó la forma que se relata en esta película y en el libro del mismo título: La Cabaña.
Todos son símbolos de esa voluntad de sanar, de ver algo diferente, de perdonar y ser feliz. Recuerda que la mente convoca a los testigos de aquello que quiere que sea verdad. Esta película es un testigo de ese otro mundo que deseas, el mundo de Dios.
Más allá de este mundo hay un mundo que deseo. L- 129
No importa la forma que la sanación tome, lo importante es que todos estamos llamados a esa experiencia de unidad.
Todos tenemos asegurados el Amor de Dios.
Es imposible vivir o morir sin Dios, pero no es imposible pensar que lo estás haciendo.
Si piensas que estás viviendo o muriendo sin Dios, experimentarás que lo estás haciendo.
Puedes tener esa experiencia todo el tiempo que quieras. Puedes terminar esta experiencia cuando quieras que elijas terminarla.
~ En Casa con Dios, Neale Donald Walsch
Y lo único que nos «separa» de esa experiencia es como se relata en un momento de la película:
Mackenzie, tratas de comprender tu mundo basándote en una imagen muy incompleta. Es como mirar a través del agujero de tu dolor. La verdadera falla fundamental en tu vida es que no crees en mi bondad. ¡Y soy bondad! Si me conocieras y supieras cuánto te amo incluso cuando no pudieras entender podrías saber que estoy obrando por tu bien. Y entonces confiarías en mí.
Cuando sólo ves tu dolor, me pierdes de vista.
Esta película es una travesía, una experiencia. Es un regalo de curación.
No quiero contarte mucho más, prefiero que la disfrutes.
Ah, y si Jesús se me tiene que presentar en forma, el símbolo de esta película me gusta bastante. ¡Dicho queda! 😉
Os dejo con la película completa en inglés con subtítulos en castellano.
Que la quietud del Cielo envuelva hoy tu corazón.
Feliz día. ❤