Temas: Inocencia, Amor romántico, Relaciones, Amor, Cuerpo, Comparaciones, Proyección, Plan del ego para la salvación, Felicidad
Género: Romance. Comedia | Comedia romántica
Natalie (Rebel Wilson) es una arquitecta de Nueva York que se esfuerza por hacerse notar en su trabajo, pero es más probable que le pidan café y panecillos que diseñe el próximo rascacielos de la ciudad. Por si las cosas no son lo suficientemente malas, Natalie, una cínica de toda la vida cuando se trata del amor, tiene un encuentro con un asaltante que la deja inconsciente y, al despertar, descubre que su vida se ha convertido de repente en su peor pesadilla: está inmersa en una comedia romántica. Y es la protagonista… (FILMAFFINITY)
Esta película que despertará una sonrisa en ti en más de una ocasión es la respuesta a la pregunta de: ¿Crees que serías feliz si consiguieses todo eso que crees que necesitas para ser feliz? Si tu vida se convirtiera en una comedia romántica, o en un cuento de hadas, ¿qué crees que pasaría?
El ego cree saber lo que le haría feliz. Cree saber lo que le traería alegría, lo que aportaría sentido o propósito a su vida. Y eso siempre pasa porque algo sea diferente a como es ahora. Eso siempre pasa por comparar tu existencia con alguna fantasía de: «si esto fuese diferente…yo sería feliz«, «si esto fuese diferente….yo estaría en paz«.
El plan para la salvación (felicidad) del ego parte de la premisa de que el «problema» está en el mundo: en tu trabajo, o en tu pareja, o en tu situación económica, en tu casa, o en tu cuerpo.
Y por lo tanto la «solución» se encuentra también en el mundo: en que mi cuerpo cambie, o encuentre otro trabajo, o encuentre pareja, o cambie de pareja.
Las comedias románticas responden a nuestro deseo de buscar el amor fuera de nosotros, en relaciones especiales que nos aporten eso que creemos que necesitamos. Estamos enamorados de esos ideales, de fantasias sobre nosotros y sobre los demás que nos impiden ver lo que ya está presente en nuestra vida en este instante.
Natalie desconfía del amor, aunque creció amando películas como Pretty Woman pronto aprendió que eso no iba a pasarle a ella así que se convirtió en una cínica con respecto al amor.
Como el Curso nos recuerda:
El ego encuentra lo que busca y nada más. No encuentra amor porque no es eso lo que busca.
Pero a pesar de que hayamos tratado de desterrar el amor de nuestra conciencia, no hemos podido lograrlo. La memoria del amor sigue presente en nuestra mente y en el caso de Natalie aparece tomando la forma de su compañera de trabajo, una enamorada de las comedias románticas que se pasa las horas de trabajo viendo películas de este género.
Es precisamente después de una discusión con esta compañera cuando se produce el cambio de percepción que la llevará a despertar dentro de su propia comedia romántica.
De repente el exterior cambia, su apartamento deja de ser un cuchitril para convertirse en un lujoso apartamento con un vestidor digno de Carrie Bradshaw (protagonista de Sexo en N.Y). Su perro empieza a obedecerle. Su vecino gay se convierte en su confidente.
Todos los chiclés de las comedias románticas donde todo es lujoso, luminosos, lleno de flores, y donde el amor parece reinar a cada paso, son ahora su realidad.
Pero, si bien el exterior ha cambiado, su mente sigue siendo la misma. Sus miedos, sus inseguridades, siguen siendo los mismos. No puede aceptar todo lo que ha recibido porque en su mente cree que no se lo merece, así que tiene que empezar a enfrentar su miedo a recibir.
Quiere salir corriendo de esa pesadilla porque desafía su visión sobre si misma.
¿Así que quieres saber si serías feliz si tu pareja cambiase e hiciese eso que tu quieres que haga? No.
¿Si tu cuerpo fuese diferente? No.
¿Si de repente recibieses la atención de la persona de la que quieres recibirla? No.
No, porque en el fondo no estás buscando ser feliz. El ego realmente no sabe lo que te haría feliz. La mente que se ha identificado con un cuerpo está buscando demostrar que no se merece ser feliz.
No importa que mañana despertásemos dentro de nuestra fantasía romántica, seguiríamos al igual que Natalie queriendo sabotearla porque nos hemos convencido a nosotros mismos que no somos dignos de amor.
Que no somos lo suficientemente buenos, atractivos, inteligentes, o amables….
Que no nos mereces ser felices.
Eso no es para nosotros.
Encontramos aquello que buscamos. Y lo buscamos porque en el fondo lo deseamos. Y lo deseamos porque valida la imagen que tenemos de nosotros mismos.
Todo lo que amenaza la imagen que tenemos de nosotros mismos, lo desterramos, lo pasamos por alto. No nos lo creemos. Sólo nos creemos lo que está de acuerdo con esa imagen.
Así que constantemente estamos buscando los testigos de aquello que hemos elegido creer en nuestra mente.
Y lo que buscamos, lo encontramos.
Por eso el Curso nos recuerda:
Cuando lo único que desees sea amor, no verás nada más.
La «solución» nunca estuvo en el exterior porque el «problema» nunca estuvo en el exterior.
Nada, excepto mis propios pensamientos, me pueden hacer daño. L-251
El problema siempre estuvo en la identificación con un sistema de pensamiento basado en la comparación y en la falta de amor.
Así que la solución, al igual que en el caso de Natalie pasa por empezar a enfrentar nuestro miedo a recibir, nuestro miedo al amor, a la intimidad, por permitirnos ser amados y amar, por salir de nuestra zona de confort y atrevernos a ser vistos, dejar atrás nuestras inseguridades y excusas.
Es el mirar de frente nuestras defensas al amor, los obstáculos que hemos levantado a su presencia, lo que irá sanado nuestra mente y despertando en ella el recuerdo del verdadero amor.
Entonces empezaremos a decir que SI a la vida, en lugar de NO, y nos daremos cuenta de cuantas invitaciones a la felicidad hemos rechazado por creer no estar a la altura, o no ser dignos de ella.
Te he dicho que pensases en las muchas oportunidades que has tenido de regocijarte y en las muchas que has dejado pasar.
No es al recibir amor que somos felices, no es cuando conseguimos que alguien se enamore de nosotros, es cuando damos amor cuando realmente somos felices. Pero para poder dar amor tenemos que reconocerlo en nuestro interior. Nuestra tarea no es buscar el amor sino buscar y encontrar todas las defensas que hemos levantado contra él. Al aceptar el amor que somos sanamos. Y al permitirnos ser sanados encontramos la felicidad.
Curar es hacer feliz.
Deja que esta película en clave de comedia te ayude a volver al número Uno al aprender que el Amor es tuyo y que tú eres Amor.
Deja a un lado los sueños de fantasías románticas, las ilusiones de lo que tu vida tendría que ser, y descubre el amor dentro de ti.
Despierta a una nueva vida, a tu vida desde una nueva perspectiva.
Y descubre que el Amor siempre estuvo ahí esperando que le dieses la bienvenida.
Puedes ver el trailer aquí:
Número musical del final:
Se encuentra en el catálogo de Netflix.